TTR In The Press
Business News Americas / BN Americas
July 2017, Gustavo Stok
Las fusiones y adquisiciones recobran ritmo en América Latina
Introducción
Luego de dos años estancamiento en el número y caída en el monto de las operaciones de fusiones y adquisiciones en América Latina, la actividad viene registrando un moderado cambio de tendencia desde fines de 2016 que se viene consolidando este año. En el primer cuatrimestre se contabilizaron en la región 668 transacciones, un incremento del 4,7% con respecto al mismo período de 2016, según Transactional Track Record (TTR). En tanto, las operaciones con un importe no confidencial sumaron U$S 14.637 millones, un salto del 124,3% frente a idéntico lapso del año pasado.
Las causas que viene impulsando esa alza son variadas, pero hay dos que se destacan. Por un lado, la devaluación de las monedas latinoamericanas con relación al dólar tras el triunfo en las elecciones estadounidenses de Donald Trump redujo el valor de activos, lo que los volvió más atractivos para inversionistas extranjeros hacia fines del año pasado.
Por el otro, en Brasil -el principal mercado de M&A en la región-, la agudización de los escándalos de corrupción y la lenta salida a la peor recesión en décadas vienen causando una contracción del crédito, lo que impulsa la necesidad de venta de activos como vía utilizada por las empresas para recaudar efectivo. A esos motores se le agregan los efectos de los cambios regulatorios en distintos países, como la apertura de los sectores energético y de telecomunicaciones en México.
Las fusiones y adquisiciones recobran ritmo en América Latina
Buena parte de esos factores seguirán vigentes en los próximos meses. A eso se suma una mejora de las perspectivas económicas en América Latina. Tras una caída del PIB regional del 0,5% en 2015 y del 1,1% en 2016, la Cepal estima un alza del 1,1% en 2017. Con eso, el cambio de tendencia iniciado a fines del año pasado -el 35% de las fusiones y adquisiciones en la región durante 2016 se concretaron en el cuarto trimestre, según TTR-, promete profundizarse este año.
En este informe describiremos cómo ha venido evolucionando el número y los montos de las fusiones y adquisiciones en los países que registran mayor actividad de este tipo de operaciones en América Latina. Además, informaremos sobre los sectores que registran un mayor movimiento, y cuáles son las causas que pueden impulsar o retrasar estas transacciones a corto y mediano plazo.
Brasil: los atractivos que genera la crisis
La incertidumbre política y la debilidad económica no lograron deprimir significativamente las operaciones de fusiones y adquisiciones en Brasil en los últimos dos años. De hecho, aunque la recuperación económica promete ser lenta, empieza a verificarse en Brasil una velocidad mayor en el incremento de las operaciones de M&A en 2017.
En el primer cuatrimestre de este año se contabilizaron 342 fusiones y adquisiciones, un aumento de casi el 5% con respecto al mismo período de 2016, según TTR. En tanto, el valor total de las operaciones con importe no confidencial alcanzó a U$S 35.676 millones, un alza del 292% con relación al mismo período de 2016. "El alza está impulsada por inversionistas extranjeros que quieren posicionarse en el mercado brasileño antes de que la recuperación económica tome velocidad y el precio de los activos se incremente", dice Wagner Marques Rodrigues, director de Research and Business Intelligence de Transactional Track Record, en Lisboa.
Según la consultora Zephyr, 15 de las 20 mejores ofertas por valor del primer trimestre en América Latina presentaron objetivos brasileños. De hecho, el único acuerdo de la región que rompió la barrera de los U$S 1.000 millones entre enero y marzo pasado fue el aumento de capital por parte del operador brasileño de autopistas CCR para fortalecer la estructura de caja del grupo, así como para el mantenimiento, expansión y diversificación de su red de concesiones. Esa operación ascendió a U$S 1.331 millones de dólares. La segunda transacción en valor del trimestre también ocurrió en Brasil: la compra de la operación local de la cervecera Kirin Holdings Co. por parte de la alemana Heineken en U$S 706 millones.
Pese a los duros efectos de la crisis política y económica, el país continúa atrayendo la mayor parte de las fusiones y adquisiciones en América Latina. "En Brasil hay una fuerte cultura emprendedora, y el número de transacciones que involucró a fondos de riesgo que invierten en startups en relación con el total de transacciones fue muy alto en el último año", dice Marques Rodrigues. "Si no tuviéramos este tipo de transacción, Brasil hubiera registrado en 2016 números negativos".
Además del sector tecnológico que es el que presenta el mayor movimiento -el año pasado se cerraron 104 adquisiciones a empresas de TI-, las oportunidades son altas en infraestructura. El gobierno nacional, además de los estaduales, atraviesa una situación financiera delicada y está preparado para vender activos. De hecho, la operación más importante del año pasado fue la compra de una porción minoritaria de CPFL Energia S.A. en U$S 1.800 millones por parte de la china State Grid International Development Ltd. Otros sectores con alto potencial son los servicios a compañías, instituciones financieras, alimentos, bebidas y tabaco, y firmas de energía.
Para los analistas, la crisis institucional que amenaza la continuidad en el cargo del presidente Michel Temer no frenará la recuperación de las transacciones que se viene registrando desde fines del año pasado, aunque podría consolidar la tendencia de una mayor porción de compradores extranjeros en las nuevas operaciones.
"Con la crisis institucional y una probable mayor devaluación del real, para una empresa brasileña adquirir una compañía fuera de Brasil o incluso dentro del país será más difícil", dice Marques Rodrigues. "Pero para un inversor o empresa extranjera con moneda más fuerte, la crisis representa una oportunidad: no solo por el menor precio de los activos, sino también por otros efectos como, por caso, la caída del costo de la mano de obra".
México: oportunidades al calor de las reformas
Las incertidumbres políticas y económicas provocadas por la elección estadounidense congelaron muchas decisiones en México durante buena parte de 2016. Eso mantuvo la tendencia declinante de las operaciones desde el máximo de casi U$S 45.000 millones en fusiones y adquisiciones alcanzado en 2013. Según Deloitte, en los últimos tres años el volumen y valor de las transacciones de M&A cayó en México 22% y 46%, respectivamente.
Sin embargo, las operaciones volvieron a tomar impulso desde fines del año pasado y consolidaron la suba en los primeros meses de 2017. De acuerdo al informe de TTR, las fusiones y adquisiciones empresariales en México sumaron en el primer cuatrimestre un total de 87 operaciones, un 4,8% más que el mismo periodo del año pasado. La transacción que impulsó el monto de los acuerdos fue el incremento de la participación de Delta Air Lines del 4% al 36,2% en Grupo Aeroméxico por U$S 620 millones en febrero pasado.
Ese cambio de tendencia promete tomar vigor. En una encuesta realizada por Deloitte a 1. 000 ejecutivos en México sobre su perspectiva para 2017, el 75% señaló que espera que el número de transacciones se incremente y el 64% estimó que el valor de las transacciones será mayor. "En el mundo de M&A, la relación tan estrecha con Estados Unidos y Canadá daba por descontado que México era una parte inherente de ese mercado, y eso, de alguna manera, desalentaba inversiones de otros países, como los europeos o Australia", dice Salvador Hernández, socio líder de Fusiones y Adquisiciones de Deloitte, en Ciudad de México. "Entonces, vemos que hay un interés renovado por México de inversionistas de esos países".
Tras la reforma que abrió el mercado al capital privado, el sector de energía es el que continúa presentando mayores oportunidades. De hecho, el tamaño promedio de las transacciones en ese sector se incrementó desde 2015: los 10 principales acuerdos de energía sumaron más de U$S 12.000 millones. La tendencia continuará: entre este año y el próximo se esperan recibir entre U$S 5.000 millones y U$S 7.000 millones en inversión en el sector energético.
A eso se suma que, con un dólar más fuerte que deriva en una deuda más alta y menores ingresos por la venta de petróleo, Pemex profundizará su estrategia de venta de activos o asociaciones estratégicas en algunas de sus líneas de negocio para enfocarse en mejorar su productividad. Eso puede generar más oportunidades de separación de activos. Lo mismo puede suceder con la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
También hay elevadas expectativas en el segmento de telecomunicaciones. Con la reforma de telecomunicaciones en 2013 que eliminó el límite de 49% para inversión extranjera directa y obligó a América Móvil a abrir su infraestructura, hay un estímulo para la llegada de nuevas inversiones. "Una renegociación favorable (con el gobierno de Estados Unidos) podría abrir aún más las puertas para que empresas extranjeras inviertan en México en un sector donde ya en 2016 cerca del 50% de las transacciones de fusiones y adquisiciones tuvo participación de alguna compañía o fondo de capital privado estadounidense", dice Hernández.
En cambio, la actividad de fusiones y adquisiciones en el sector manufacturero podría sufrir los efectos de la renegociación del Tratado de Libre Comercio. "En caso de que se lleguen a implementarse las políticas propuestas por Donald Trump, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos caerán y muchas empresas se verán perjudicadas", dice Hernández. "Esto puede motivar a que se retiren inversiones e incluso que empresas muevan la totalidad de su producción a Estados Unidos para evitar los altos aranceles".
Chile: activos más baratos y contexto favorable
Pese a que el PIB registró el año pasado en Chile la tasa más baja de crecimiento desde 2009, el ritmo de las operaciones de M&A siguió creciendo con fuerza. Según PwC, en 2016 hubo un récord de anuncios, propuestas y concreciones de fusiones y adquisiciones, que en su conjunto totalizaron US$ 20.445 millones, un 140% más que en el año anterior y el monto más alto desde 2005. La reestructuración de los negocios locales de la eléctrica Enel, que implicó U$S 8.682 millones, impulsó el monto.
El alza continuó en el primer cuatrimestre de este año con 87 operaciones que implicaron un incremento del 27,9% con respecto al mismo período de 2016, según TTR. Algunas de las causas que incentivaron el mayor número de operaciones son comunes a otros países de la región. La devaluación del 20% que registró el peso chileno entre enero de 2015 y el mismo mes 2016 redujo las valuaciones de los activos. Eso viene estimulando el interés de inversionistas extranjeros por empresas chilenas en sectores con alto potencial, como minería, energía, infraestructura, salmonero y consumo.
A eso se suma un entorno propicio para los negocios que diferencia a Chile del resto de los países de la región. Un estudio realizado por Baker & MacKenzie, en conjunto con Oxford Economics, ubicó a Chile en el primer puesto en América Latina y el 17 a nivel mundial entre los países con mayores oportunidades para realizar fusiones, adquisiciones e incluso participaciones en la bolsa.
"La estrategia que está llevando adelante el gobierno de Michelle Bachelet en busca de reducir la dependencia de la minería necesita inversión, y eso es un factor de estímulo para transacciones", dice Marques Rodrigues, de TTR. "Tiene buena pinta lo que está por venir y, entonces, para quien tiene dinero, es una buena oportunidad entrar en Chile ahora".
No obstante, las incertidumbres que generan las elecciones presidenciales de noviembre próximo harán que prime una mayor cautela este año. Backer & McKenzie estima que los deals serán en 2017 de unos U$S 4.400 millones tanto a nivel local o transfronterizo. Para 2018 la cifra crecería a unos U$S 6.000 millones.
Colombia y Perú: caída con recuperación en duda
Colombia y Perú, los dos países sudamericanos que más fuerte expansión económica registraron desde comienzos de la actual década, vienen mostrando un ritmo deprimido de fusiones y adquisiciones. Esa tendencia es particularmente notoria en Perú. Allí, según TTR, en el primer cuatrimestre del año se registraron 35 operaciones, una caída del 30% frente al mismo lapso de 2016. Con respecto al capital movilizado de las operaciones no confidenciales, el descenso fue del 36,9%. Ya en 2016, el capital había caído 17%.
En ese descenso no solo influyó la desaceleración que registró el PIB. "El escándalo de corrupción de la compañía brasileña Odebrecht tuvo especial efecto en Perú", dice Marques Rodrígues. Según un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) de diciembre pasado, Odebrecht realizó entre 2006 y 2015 pagos ilícitos por U$S 29 millones. Con la investigación judicial en marcha que alcanza a ex jefes de Estado, candidatos presidenciales, viceministros, gobernadores e intermediarios, las operaciones de M&A en el sector de infraestructura vienen colocando una mayor atención en los aspectos de due diligence y compliance, entre otros procesos de información de empresas y gestión del riesgo.
Ese contexto influyó en la demora en nuevos anuncios y cierres de transacciones. No obstante, el sector de infraestructura continúa siendo el que presenta mayor movimiento. De hecho, la operación más importante del año pasado en Perú fue la compra por parte de la compañía francesa Vinci del 100% de las acciones de Lamsac -concesionaria del corredor vial Línea Amarilla- y del sistema de peajes Pex, que pertenecían al grupo brasileño Invepar. El monto de la transacción fue U$S 1.430 millones. Hacia adelante, todo indica que los principales atractivos en Perú seguirán pasando por el sector de infraestructura -sobre todo, ante la salida de Odebrecht-, además de energía, pesca y agroindustria.
En Colombia, en tanto, se registraron en el primer cuatrimestre 44 operaciones, un 18,5% menos que en el mismo período de 2016. Sin embargo, con U$S 11.788 millones movilizados, el monto registró un aumento del 281,2% con respecto al mismo período del año pasado, según TTR. La firma del Proceso de Paz entre el gobierno y el grupo guerrillero FARC para poner fin a una guerra de más de 50 años abrió las puertas a un entorno más propicio. Ese mejor contexto se va profundizando mes a mes. De hecho, en abril las transacciones sumaron 13, un alza significativa frente a las 8 registradas en el mismo mes de 2016.
El mercado colombiano empezó a tomar ritmo y promete acelerarse en los próximos años. Según el estudio de Pronóstico global de Transacciones Financieras de Baker McKenzie, Colombia tiene un potencial de crecimiento de fusiones y adquisiciones de 123,3% entre los años 2017 y 2019. Ese reporte prevé que entre este año y 2020 en Colombia se movilizarán U$S 18.892 millones en fusiones y adquisiciones. De este monto, U$S 9.503 millones corresponderán a operaciones locales, y el resto provendrá de empresas colombianas en el extranjero. Un anticipo de esa tendencia ocurrió en mayo pasado, cuando la Agencia Nacional de Energia Elétrica (Aneel) aprobó la compra por parte de la colombiana Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) del 14,88% del capital de Transmissora Aliança de Energia Elétrica (Taesa), una de las mayores compañías privadas del sector de transmisión de energía en Brasil, por U$S 320 millones.
Source: Business News Americas / BN Americas - Chile